
Como se sabe, el impuesto tecnológico ya es ley en Argentina, aumentando un 35% el precio de los artículos electrónicos que no sean fabricados en Tiera Del Fuego. El
miercoles pasado, senadores le dió la media sanción que le faltaba. Además de la cámara de industria informática, de los importadores de celulares y de mí, que me quería comprar una notebook, hay un gremio que está particularmente jodido. Los Hackers y Gamers de las películas de acción. ¿Qué harán esos nerds devenidos en roba-bancos o asesinos seriales?
Desde los 90 que la computadora le dio de comer a mucho guionista de acción. Que te entro a la página de la CIA, que me robo toda una cuenta bancaria, que esto, que aquello. Siempre tienen todo el equipo necesario y es casi ciencia ficción. Si hay alguien a quien molesta el aumento (además de nosotros, la gente común que ahorra para darse un gusto y que ahora lo consideran un "lujo") es a nuestros queridos genios de la computación.
El último exponente de esta corriente de información es Gamer. Dirigida por Mike Neveldine (el enfermo que hizo Crank, la de Jason Statham que no podía parar un segundo la adrenalina sino palmaba) y protagonizada por Gerard "This Is Sparta!" Butler. La peli la va de un tipo que, en un futuro cercano, es el capo de un juego on-line en masa donde tu personaje es... Otro ser humano!. La cuestión es que Butler tieneque detener al jfe del juego para poder liberar a la gente del game.
En Estados Unidos fue bastante bien recibida entre el público y la crítica. En Argentina se estrena recién el 4 de febrero del año que viene. Ni e van a acordar de este post, pero bueno, por ahí no venía la cosa.
2 opiniones:
Mirá que onda la peli! Bien contemporánea! Trataré de recordarla para verla, aunque si es del director de "Crank", no espero mucho que digamos. Entretenimiento y no mucho más. Se vino el impuestazo!!! (otra vez más y ya van...?)
Abrazo!
Jorge gracias porla buena onda en el comentario y con respecto a Crank, la queres o la odiás. Es muy al límite la película. Yo rescato eso, pero la verdad no me gusto. Y si, ya nos acostumbramos a vivir en impuestazos, es verdad
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