El Bicentenario llegó, pasó y dejó varias toneladas de papeles, banderas, críticas y pantallas gigantes pero lo que despertó más interés desde los medios y el público fue el desfile organizado por el grupo de teatro exprerimental Fuerza Bruta, que constaba de 19 carrozas que representaban los 200 años de gobierno patrio, y justamente en esa parte es en la que se centra esta nota, que intenta dejar atrás aspectos políticos y centrarse en la cara técnica y cultural del evento.
Una vez que el videomapping en la fachada del Cabildo terminó (un espectáculo aparte la técnica usada para representar imágenes en 3D sobre el edificio), el Desfile del Bicentenario quiso empezar, un poco retrasado, a recorrer Diagonal Norte desde Plaza de Mayo hasta 9 de Julio, pero un pequeño error en la organización hizo que empezara cincuenta metros alejado de la plaza donde había más de 100 mil personas. Una vez que se arregló como se pudo, el desfile empezó a lucirse. Con un comienzo de perfil bajo, la gente poco a poco se fue sumando en las veredas de la calle en hipotenuza. Ya cuando el primer carro a cargo de la gente de Fuerza Bruta, con el motivo del arribo de los inmigrantes a nuestras costas, el espectáculo explotó. Luces, sonido, despliegue, todo al taco para hacernos olvidar un poco los problemas y al mismo tiempo pensar "cuánto habrá salido esto", mientras se escuchaban los gritos de asombro de varios nenes.. de 40 años.
Claramente, los puntos más altos del evento fueron las carrozas donde el grupo de teatro se hacía presente, sin embargo, el mayor despliegue llegó en el período `76 - `83, cuando un camión, arrastrando un autobomba y una grúa de 15 metros, la cual tenía colgando una estructura de siluetas que no se llegaban a diferenciar pasaban por la angosta calle diagonal para después encender con fuego toda la escultura y descubrir una Constitución, urnas de votación y la paloma de la paz en plena faena. Técnicamente, esa secuencia fue cinematográfica. Otro punto emotivo fueron las escenas de Madres de Plaza de Mayo y la Guerra de Malvinas... estéticamente geniales. "Cuánto habrá costado" se escuchaba todavía entre el público. En algún momento se hizo tedioso el paso de algunas escenas, como (sin ofender) el paso de las murgas de Buenos Aires (no todas), pero en general, el desfile tuvo un buen ritmo. Sobre el final llegó una desilución, el último carro fue una burbuja gigante que de lejos parecía más un "Domo del Placer" que una sección de historia, que terminó siendo una propaganda del gobierno... Bajó las espectativas de la mayoría con un simbolismo difícil de entender si no se llegaba a leer la proyección "Fuimos Capaces, Somos Capaces". Para terminar, si está bien o mal festejar el Bicentenario es una elección personal, pero haber presenciado el cambio de milenio y un cumpleaños del país donde naciste, es grande.
Una vez que el videomapping en la fachada del Cabildo terminó (un espectáculo aparte la técnica usada para representar imágenes en 3D sobre el edificio), el Desfile del Bicentenario quiso empezar, un poco retrasado, a recorrer Diagonal Norte desde Plaza de Mayo hasta 9 de Julio, pero un pequeño error en la organización hizo que empezara cincuenta metros alejado de la plaza donde había más de 100 mil personas. Una vez que se arregló como se pudo, el desfile empezó a lucirse. Con un comienzo de perfil bajo, la gente poco a poco se fue sumando en las veredas de la calle en hipotenuza. Ya cuando el primer carro a cargo de la gente de Fuerza Bruta, con el motivo del arribo de los inmigrantes a nuestras costas, el espectáculo explotó. Luces, sonido, despliegue, todo al taco para hacernos olvidar un poco los problemas y al mismo tiempo pensar "cuánto habrá salido esto", mientras se escuchaban los gritos de asombro de varios nenes.. de 40 años.
Claramente, los puntos más altos del evento fueron las carrozas donde el grupo de teatro se hacía presente, sin embargo, el mayor despliegue llegó en el período `76 - `83, cuando un camión, arrastrando un autobomba y una grúa de 15 metros, la cual tenía colgando una estructura de siluetas que no se llegaban a diferenciar pasaban por la angosta calle diagonal para después encender con fuego toda la escultura y descubrir una Constitución, urnas de votación y la paloma de la paz en plena faena. Técnicamente, esa secuencia fue cinematográfica. Otro punto emotivo fueron las escenas de Madres de Plaza de Mayo y la Guerra de Malvinas... estéticamente geniales. "Cuánto habrá costado" se escuchaba todavía entre el público. En algún momento se hizo tedioso el paso de algunas escenas, como (sin ofender) el paso de las murgas de Buenos Aires (no todas), pero en general, el desfile tuvo un buen ritmo. Sobre el final llegó una desilución, el último carro fue una burbuja gigante que de lejos parecía más un "Domo del Placer" que una sección de historia, que terminó siendo una propaganda del gobierno... Bajó las espectativas de la mayoría con un simbolismo difícil de entender si no se llegaba a leer la proyección "Fuimos Capaces, Somos Capaces". Para terminar, si está bien o mal festejar el Bicentenario es una elección personal, pero haber presenciado el cambio de milenio y un cumpleaños del país donde naciste, es grande.
3 opiniones:
Lo mejor fue cuando todos dejamos las diferencias de lado, tiramos las vallas y nos fuimos todos a bailar atrás del camión que pasaba música nacional! Me quedo con esa imagen!
Luchi
Yo ententí que el globo ese de la muerte era el anteúltimo y que el último era el... (llamémoslo) "Camión DJ" que, en una seguidilla mortal, pasó "La pollera amarilla" de La Bomba Tucumana, "El Cucumelo" de Las Manos de Filipi y la que no debe tener ni nombre pero dice "si tu viejo es zapatero, zarpale la lata". ¿Si eso no es cultura, la cultura donde está? Envidió los múltiples recursos de tu blog, es un blog crack!
PD: Cuando pasaron "la pollera amarilla" vi a dos tukis tirar "el pasito colombiano"
ES
Jajaja si juro que cuando escuche "si tu viejo es zapatero..." dije, que rock somos:P y gracias por lo de blog crack! lo de las tukis te lo debo, marche un toutube por ahí!
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